martes, 23 de noviembre de 2010

EL LÍMITE

Basta. No es insistir mirar el brillo largo
De tus ojos. Allí, hasta el fin del mundo.
Miré y obtuve. Contemplé, y pasaba.
La dignidad del hombre está en su muerte.
Pero los brillos temporales ponen
Color, verdad. La luz pensaba, engaña.
Basta. En el caudal de luz – tus ojos – puse
Mi fe. Por ellos vi, viviera.
Hoy que piso mi fin, beso estos bordes.
Tú, mi limitación, mi sueño. ¡Seas!

(Poemas de la consumación, 1968)
Vicente Aleixandre.

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