miércoles, 2 de marzo de 2011

Soneto desde la Torre de Juan Abad (Quevedo)



Retirado en la paz destos desiertos,
Con pocos, pero doctos libros juntos
Vivo con el comercio de difuntos
Y con mis ojos oigo hablar a los muertos.

Si no siempre entendidos, siempre abiertos,
O enmiendan o secundan mis asuntos
Los libros que, en callados contrapuntos,
Al músico silencio están despiertos.

Las grandes almas que la muerte ausenta,
De injurias de los años vengadora,
Restituye, Don Juan, docta, la imprenta.

En fuga irrevocable huye la hora,
Mas con el mejor cálculo se cuenta
La que en lección y estudio nos mejora.



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