Basta. No es insistir mirar el brillo largo
De tus ojos. Allí, hasta el fin del mundo.
Miré y obtuve. Contemplé, y pasaba.
La dignidad del hombre está en su muerte.
Pero los brillos temporales ponen
Color, verdad. La luz pensaba, engaña.
Basta. En el caudal de luz – tus ojos – puse
Mi fe. Por ellos vi, viviera.
Hoy que piso mi fin, beso estos bordes.
Tú, mi limitación, mi sueño. ¡Seas!
(Poemas de la consumación, 1968)
Vicente Aleixandre.
LO NUEVO SI VIEJO, DOS VECES VIEJO
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En cada cultura y en cada época hay palabras que gozan de más prestigio que
otras. Estas palabras selectas tienen un gran carisma. Por un lado, poseen
el...
Hace 9 años